Ringu fue la exitosa película que nos presentó la novedosa y original historia sobre la cinta de video que tras verla te mandaba pal otro barrio al cabo de siete días y tras una inquietante llamada telefónica. Supuso un pequeño soplo de aire fresco en cuanto a pelis de terror y la verdad es que todos pasamos un “mal†rato viéndola. Como no podía ser de otra manera la industria cinematográfica norteamericana hizo un aceptable aunque peor remake de la original (The Ring).
Watts con Emily Van Camp, la prota de Everwood.
Bien pues ahora nos llega la segunda parte de la película estadounidense, The Ring 2. Si el punto fuerte de la primera peli era la historia de la cinta de vídeo, en la segunda parte ésta historia se deja totalmente en un segundo plano, por lo que podemos decir que no hay ningún punto fuerte. Lógicamente me parece bien que cambien de tercio y que abandonen la historia de la cinta de vídeo ya que, si no, harían otra vez la misma película, pero es que The Ring 2 no plantea nada interesante, sino que viene a ser la típica película con fantasma que tiene megapoderes, que no se sabe de donde salen y que pueden hacer por ejemplo que un grupo de ciervos ataquen el coche de Rachel Keller (Naomi Watts), increíble pero cierto. La película está enteramente compuesta de una sarta de escenas de este tipo, es decir, escenas visualmente muy guays y espectaculares pero que en conjunto no tienen ni pies ni cabeza ya que el hilo principal es un tanto difuso e insustancial.
“¡Te he dicho que te bañes, huele a choto desde el salón!”
Naomi Watts repite el papel de la primera parte y se ve claramente que tiene puesto el piloto automático en modo peli de terror. Por su parte el niño que en la primera parte era una pieza totalmente prescindible, esta vez adquiere un gran protagonismo despertando en mi un gran sentimiento de aversión, vamos que si pudiera le daba un par de collejas, porque además de resultar infinitamente repelente me recuerda a Galindo el de Crónicas Marcianas. Pero vamos, el niño lo hace bien, de hecho es lo único que da un poco de miedo en toda la peli.
“Ni Spiderman trepa mejor que yo.”
Está dirigida por Hideo Nakata que curiosamente es el director de la película japonesa original y de una secuela, lo que no me explico es cómo ha aceptado hacer esta película (supongo que hay que comer). Lo peor de todo es que no llega a dar miedo y creo que una de las razones principales es que el personaje de Samara se muestra demasiado en pantalla por lo que el impacto que causa cuando sale es cada vez menor a lo largo de la peli hasta que incluso te acostumbras a verla sin que produzca sensación de ningún tipo. Ni si quiera el desenlace, que es bastante absurdo, inquieta lo más mínimo. Fijaos en el clímax final cuando Naomi Watts le recuerda a Samara que no tienen ningún parentesco, quedará para el recuerdo.

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