Kevin Spacey es el mejor actor de su generación. Punto. Posiblemente el mejor actor de los últimos 20 años. Quizás Edward Norton o Christian Bale puedan llegar a su altura algún día. Pero no será nada fácil. Spacey sería capaz de ganar el León de Oro, la Palma de Oro, el Oscar y el bono vitalicio para Disneylandia aún interpretando un cameo en una peli española. Y a eso nos vamos a tener que ir acostumbrando (a cameos o a papeles pequeños, no a verle en pelis españolas porque, recordad, somos demasiado buenos para él) dado que Spacey ha anunciado que “pasa completamente de su carrera en el cine”.
Spacey es ahora director del Old Vic, afamado teatro londinense (en donde Sam Mendes también suele hacer sus cosillas de cuando en cuando). Gracias a Film Ick me he encontrado con esta pequeña entrevista en el The Times donde Spacey se despacha a gusto.
“No me importa mi carrera interpretativa. He acabado con ella. Después de 10 años haciendo películas y mejorar más allá de lo que había imaginado, empecé a preguntarme a mí mismo: ¿Qué hago con todo este éxito que he conseguido”, declara el actor.
“Lo que me importa realmente es trabajar con la gente, lo que me importa es la gran experiencia de ser una parte de juntar a varias personas”, más allá de “hacer película tras película y estar pendiente de si soy lo más, soy lo menos, soy el mejor o soy el peor”.
He asistido un par de veces al teatro en mi vida. Recuerdo haber aplaudido a Saza en Los Habitantes de la Casa Deshabitada. Y por lo que estoy viendo en el artículo, no me importaría nada ver Liz de Gas en el Old Vic, que se estrena esta temporada, o, con muy buen juicio, debo añadir, la adaptación al inglés sobre las tablas de Todo Sobre Mi Madre (la mejor película de Almodóvar de aquí a Barajas, en mi humilde opinión).
El resto, en Times OnLine.
VíDEO MEMORABLE: Los chicos de (la espléndida) Blog de Cine ya sabían del talento de Spacey. Seis minutos de asombrosidad.
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