Stuntman Mike (Kurt Russell), un especialista de cine retirado que alterna por tierras tejanas, se dedica a dar caza a atractivas jovenzuelas valiéndose de su potente y especialmente preparado coche. Con dar caza me refiero a que se las cepilla, y no en el sentido sexual precisamente.
Death proof ha provocado en mí sentimientos enfrentados. Por un lado me parece genial que Tarantino y su panda de colegas (Robert Rodríguez, Eli Roth, etc…) realicen los proyectos que les venga en gana cuando les venga en gana. Admiro la capacidad que tienen estos tíos para levantarse un día y decir: me apetece hacer una película sobre la vida y obras de Miliki, y que vayan con un par de narices y la hagan. Se agradece que tengan ideas originales apartadas de los convencionalismos y que encima las lleven a cabo.
¡Joder, me encanta esto de hacer cine, conoces mogollón de gente interesante!
Por lo tanto me parece muy bien que Tarantino haga una peli en plan cutre al estilo Grindhouse. Lo que no me acaba de convencer es que haga un film con los defectos característicos de ese tipo de pelis y con pocas de sus virtudes (su principal virtud es que te divertían de lo malas y burras que eran). Para mí Planet Terror (es una de las pocas veces que prefiero a Robert Rodríguez en detrimento de Tarantino) si que combina perfectamente los conceptos ofreciendo un film muy divertido, muy bien hecho pero con un gran regustillo a peli Grindhouse.
Death Proof se puede dividir en dos partes bien diferenciadas. Una ocupa el 80% de la peli y se refiere a toda la parte de guionazo puro y duro en el que las pivitas se lían a hablar de sus asuntos utilizando la típica verborrea tarantiniana. Los diálogos molan, es uno de los puntos fuertes de Tarantino pero en esta ocasión cansan y aburren. No sé a vosotros pero a mí oír a 4 chicas (no porque sean chicas) hablando durante 20 minutos seguidos de lo que hicieron anteayer, pues no sé como decirlo mmmm vamos que me la pela bastante. Quizá si los diálogos estuviesen enmarcados en una trama interesante o influyesen de algún modo en el desarrollo de la historia, pues vale, pero Death Proof es una chorrada muy gorda que no se sostiene como conjunto.
“ponte el cinturóooon, ponte el cinturóooon – tu seguridaaad – es muy importaaante…”
Entonces, si tú haces una peli chorra en la que el guión no influye mucho, pues no metas más de tres cuartos de peli de cháchara. Dale unas cuantas pinceladas a la historia y el resto combínalo con escenas de acción divertidas, que al fin y al cabo es de lo que va esto. No soy director y seguramente sé sobre cine una milmillonésima parte de lo que sabe Tarantino, pero es mi humilde opinión.
El otro 20% de metraje son persecuciones de coches, muy bien rodadas, aunque tampoco es que sean nada del otro mundo. Mención especial para la grandiosa escena del accidente frontal. Es una de esas genialidades de Quentin, porque lo que mola no es el accidente en sí, sino cómo está rodado y cómo lo percibe el espectador. Esta escena en parte me produce rabia porque pienso: joder, si hubiese metido en la peli unas cuantas escenas la mitad de buenas que ésta, habría sido la leche.
Kurt Russell (¡cómo mola este tío!) justo después de llegar a la Estación Espacial Internacional
Las actuaciones de las chicas son bastante buenas. Aunque la mayoría de los personajes responden al estereotipo de tía dura buenorra y mulata con vocabulario chungo, la verdad es que se curran de maravilla unos diálogos interminables y sin cortes algunos de ellos. Kurt Russell me cae bien, tiene carisma, pero su papel de chalado-cobarde no me mola mucho. Russell se sale haciendo de tío duro de los de antes, deberían darle papeles de ese tipo, claro que ese tipo de papeles ya no existe. Hay algunos cameos como el de Eli Roth o el de propio Tarantino y además aparecen Earl y Edgar McGraw (Michael y James Parks) los Rangers padre e hijo que salían en Kill Bill vol. 1.
La sesión doble de Grindhouse era muy buena idea, hubiese merecido la pena, pero yo no pagaría 6 pavos por ver solamente Death Proof. El otro día leí un artículo de una chica que decía que en esto del cine tanto el caviar como la mierda cuestan lo mismo, unos 6 euros. ¡Cuánta razón tiene!
