Siempre recordaré aquel día en el que encontré en mi correo electrónico el mensaje de una redactora de Aquí hay Tomate en donde me pedía información sobre los problemas de producción que ha tenido una película, cuyo nombre no os voy a dar pero que mucho sabéis perfectamente cuál es, y los que dediqué hace unos meses un artículo. Mi reacción pasó de la estupefacción al ataque de risa en milésimas de segundo, el tomate requería de la información de Las Horas Perdidas, mejor dicho, alguien del tomate se había parado a leer una noticia de Las Horas Perdidas. Sentía que mi “prestigio” se iba por los suelos, y tras ponerme en contacto con mis grandes compañeros de página, decidí responder a la redactora para decirle que yo no era la persona indicada para darles información. Y no volví a saber nada más, ya que ni siquiera se dignó a responder.
Y por qué os cuento esto, pues porque ayer se canceló Aquí hay Tomate, y porque en los últimos días ha ocurrido un suceso que va directamente a la prensa más amarilla pero de la que medios como Variety y The Hollywood Reporter se han hecho eco y aportan exclusivos detalles.
El pasado sábado tuvo lugar la cena en la que el Gremio de Directores entregaban sus premios. Como ya sabemos, los hermanos Coen fueron los galardonados. Pero todos los directores candidatos recogieron una medalla que les acreditaba como aspirantes a estos premios.
Julian Schabel salía al escenario a recoger su medalla por la dirección de La Escafandra y la Mariposa, y en eso que el hombre estaba muy emocionado agradeciendo el detalle del gremio, cuando escucha que alguien del público le dice “¡Piérdete!”, Schnabel se queda con cara de circunstancias y pregunta “¿quién ha dicho eso?” e identifica a la autora que es la actriz Sean Young y le suelta “¡tómate otro cocktail, guapa!” y da por terminado su discurso, no sin antes decirle a Sean Young que subiera al escenario para que hablara en lugar de él. The Hollywood Reporter tiene en exclusiva el vídeo de los hechos. Sean Young fue invitada por los efectivos de seguridad a abandonar el evento.

Sean Young ha entrado en las últimas horas en una clínica de desintoxicación para tratar de superar sus problemas con el alcohol. El incidente del sábado fue la gota que colmó el vaso. Young siempre ha tenido fama de conflictiva, muy bien lo saben Ridley Scott y Harrison Ford, que no la soportaron durante el rodaje de Blade Runner, James Woods, con quien protagonizó en la vida real un escándalo que solo es comparable con Atracción Fatal, u Oliver Stone que durante el rodaje de Wall Street se vengó de ella, colgándole un cartelito a la espalda que decía “¡Soy una auténtica hija de puta!”.




Ni me quiero imaginar cómo sería un posterior encuentro entre Sean Young y Julian Schnabel. Este pintor y realizador es conocido además por sus malas pulgas.