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Aprovechando la nueva resurrección del cine de superhéroes, los pavos de Sony están dispuestos a rodar un nuevo film de Spider-Man, protagonizado por Veneno (Venom, en inglés), su enemigo irreconciliable y que salía de refilón en la postapocalíptica tercera entrega y que, vamos a ser francos… lo diseñé yo. Lo hice en mi casa, una mañana, entre café y cigarrito y con el ratón y el Paint. Y luego se lo mandé a Sam Raimi, que movió la cabeza y dijo algo así como “pfffft what the fuck” y lo coló en la película.
De momento, según The Hollywood Reporter, hay un guión escrito por Jacob Estes, guionista de Mean Creek y del próximo estreno de la productora Plan B –de Clooney–, The Gifted, pero todo parece indicar que el estudio pretende apartarse de este libreto, contratar nuevos guionistas y dar a la película un aire completamente distinto.
Lo curioso de todo el asunto es que Topher Grace no está siendo considerado para reinterpretar el papel del perodista Eddie Brock, infectado por un simbionte alienígena que le convierte en la versión psicópata de Vuestro Amigo y Vecino (porque mi amigo y vecino es Batman), ya que los jefes del estudio consideran, y cito “que el actor no es capaz de sostener sobre sus hombros esta nueva franquicia”. En mi humilde opinión, Grace –que tampoco es nada del otro mundo pero cumple de sobras– consigue en cinco minutos que abras los ojos a la realidad y mi realidad es esta: Maguire es una de las peores decisiones de casting de todos los tiempos y alguien debería haberse dado cuenta en el momento en el que le dijeron “Maguire, corre”. La sola imagen de ver al actor dandose con los talones en las cachas de la pierna debería haber sido suficiente como para mandarle a hacer Pleasantville 2. Porque eso no es una persona corriendo, sabéis… así despegan los pelícanos.
Los pelícanos Emo. ¡VIDEO MEMORABLE DEL DíA!