Si algo aportó el Equipo A al mundo, a parte de saber resolver problemas disparando al suelo y volcando cerca de 537 Jeeps, fue una infancia feliz a miles de niños nacidos a finales de los 70 y principios de los 80. Junto a El Coche Fantástico y en menor medida El Héroe Americano, nosotros pasamos cientos de horas ante la tele aprendiendo frases como “Me gusta que los planes salgan bien”.
Ahora parece que a los que les va a salir bien el plan es a los hermanos Ridley y Tony Scott (los dos directores a los que más se les notan las venas de la nariz). Ambos producirán la adaptación al cine de la mítica serie, adaptación que lleva tiempo en stand-by y que parece que por fin verá la luz ahora que han fichado a Joe Carnahan, el director de la estupenda Narc y de esa especie de imitación aburrida de Guy Ritchie que era Ases Calientes.
Según Latino Review, la película, producirda por la Fox (seamos, por tanto, cautos), se estrenaría en el verano de 2010 si todos los plazos se cumplen según lo previsto. Con director a bordo, sólo queda cerrar el casting principal para que el proyecto coja carrerilla.
Carnahan sustituye así al que hasta ahor parecía que iba a ser el director de la peli John Singleton, y encuentra así un proyecto con el que llenar el vacío de Killing Pablo, sobre Pablo Escobar, que se ha ido al traste por la mala situación financiera de la productora de la película, Yari Film Group. A pesar de todo Carnahan asegura que tarde o temprano hará esa película, aunque las circunstancias actuales hacen que sea más interesante volcarse en un proyecto con grandes posibilidades como el de El Equipo A.
Con la crisis empequeñeciendo las pelotas y las carteras de medio mundo es obvio que los estudios, y más la Fox después de los palos que se ha llevado en 2008, van a ir a lo seguro, a franquicias sólidas, remakes resultones, adaptaciones largamente esperadas y cosas así. Un ejemplo de que la cosa está llendo hacia el conservadurismo es la pobre edición de Sundance de este año, no tanto por el nivel de las películas como por el bajísimo volumen de compras para la distribución de las películas participantes.