Es bastante común en estos tiempos que nos toca vivir que algunas (muchas) personas se dediquen a hablar con gran autoridad de temas que desconocen totalmente y cuan fácil es hacer el ridículo haciendo bandera de la propia ignorancia. Servidor es un ávido lector de las novelas originales y escribo esto harto de leer los comentarios vertidos sobre la nueva película de Guy Ritchie y sobre las supuestas infidelidades cometidas con el personaje de Sir Arthur Conan Doyle.
Pues queridos amigos para vuestra información, Sherlock Holmes no usaba en las novelas el gorrito ni la indrumentaria específica con el cual nos ha sido retratado en el cine, tampoco consta en ninguna novela el famoso “elemental querido Watson”(estos dos rasgos provienen de una obra tetral apócrifa pero fueron tan celebrados por el público que se creen cánon), el propio Watson, lejos de la figura regordeta y amable mostrada en las películas es un veterano de la guerra de Crimea y un militar de carrera altamente diestro con las armas y un tipo de habilidad social con gusto por las damas y el juego.
Sherlock Holmes entra en combate físico en muchas de sus novelas, siendo descrito como un excelente boxeador y experto en artes marciales.Vamos, un bad-ass de cojones. Ambos hombres tienen una edad que ronda los 35 años y para nada son los viejetes que el cine nos ha mostrado habitualmente, siendo su casa de Baker Street el equivalente actual a un “piso de solteros”.
En resumen Ritchie nos brinda la descripción de personajes más ajustada al original literario que nunca se ha visto en una pantalla. En pocas palabras diré que las novelas de Holmes son un claro antecedente de los heroes “pulp” de los años treinta, cosa que Ritchie quiere subrayarnos constantemente.
Establecido esto hablemos de la película.
Lo primero que salta a la vista es el excepcional trabajo de recreación del Londres victoriano que consigue el el equipo de producción. Tanto la dirección artística que pese al uso parcial de CGI se basa en el decorado puro y duro de toda la vida como el diseño de vestuario son excelentes transportándonos fenomenalmente al periodo histórico en cuestión.
La paleta grisácea de colores usada en la fotografía cuadra especialmente bien con la época y el lugar que se nos muestra. Muy buen apartado sonoro que se conjuga con una banda sonora bastante pegadiza pero que subraya demasiado las imágenes.
El otro punto fuerte del film es el dúo Downey-Law, muy bien secundados por Mark Strong (RocknRolla). Entre los dos se establece una chispeante química y realmente resulta un placer verlos discutir, enfadarse, reconciliarse y complementarse a lo largo del film. No tan bien resulta la elección de Rachel McAdams que nos brinda una Irene Adler sosa, bastante vulgar y muy alejada del intelecto brillante y el carisma que se le supone al personaje. Downey está intenso y derrocha carisma como siempre pero más sorprendente resulta el fenomenal estado de Jude Law arrancado de la melancolia con la que suele vagar últimamente por las pantallas, brindándonos una composición energética y llena de encanto.
Los diálogos entre los dos amigos y la definición de su relación son lo mejor de un guión que se si bien está bastante trabajado en cuanto a diálogos falla estrepitosamente en cuanto a crear un caso interesante, ofreciéndonos un bizarro mix entre el típico “James Bond contra Spectra” y aquella entrañable marcianada que fue El Secreto de la Pirámide. Ritchie parece mucho más interesado en presentarnos unos personajes llamativos y con los que se pueda empatizar (especialmente Watson) que en el desarrollo de la trama própiamente dicha. Y eso es un fallo gordo: una gran baza de las novelas y relatos de Holmes son los agudos misterios que trufaban la obra literaria. Cuando te gastas un pastizal en una peli así ¿tanto cuesta encontrar- alquilar a un buen guionista que supiera recrear el tono y la forma de los casos originales de Holmes?
A nivel de dirección Ritchie hace un buen trabajo, alternando algunos tics (deformación del tiempo, aceleración/cámara hiper lenta) con una buena planificación sabiendo ponerse discretamente en un segundo plano a sabiendas que Downey y Law son aquí los amos de la función. Resulta un poquito molesto el alargo de las “set pieces”(especialmente la primera lucha con el gigante) que huelen que alimenta a obligación comercial/contractual.
La peli tiene un tono de “buddy movie” a lo Arma Letal que a mí me resultó especialmente entretenido. No es Sherlock Holmes una gran película, ni siquiera una de bastante buena, pero proporciona diversión a raudales y se pas en un suspiro. Es esta en definitiva una divertida película que no recordareis al poco de salir de la sala, pero que tampoco insulta la inteligencia del espectador.
Un digínísimo blockbuster, del que sólo cabe esperar la continuación para ver si nos ofrece un misterio puramente holmesiano y la aparición del tan cacareado Brad Pitt (si no está disponible molaria Christopher Lee (que tiene experiencia en villano de franquicias “nerd”) como el Moriarty que aquí sólo aparece entre las sombras.
Cine comercial de calidad para disfrutar sin complejos.
Doctor Diablo.

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Elizabeth Resendiz