Hace dos años del éxito de Juno. El film era una producción modesta que puso en circulación a Diablo Cody, una ex stripper reciclada en escritora, blogger y guionista de éxito, y que se llevó el Oscar por esta película. Al mismo tiempo su realizador, Jason Reitman, hijo de Ivan Reitman y que había tenido un debut notable con la cinta Gracias por Fumar, se perfilaba como uno de los realizadores jóvenes más interesantes de Hollywood. Reitman tuvo vía libre para desarrollar un proyecto personal y que quería llevar a cabo desde el año 2002, la adaptación cinematográfica de la novela Up in the Air de Walter Kirn.
Up in the Air narra la historia de Ryan Bingham, trabaja para el departamento de recursos humanos de una empresa, y su cometido es ir por todo el país para despedir empleados, un trabajo duro, pero como diría el gran Pepe Isbert en El Verdugo, “alguien tiene que hacerloâ€. Al mismo tiempo ofrece una serie de charlas sobre cómo hay que enfrentarse al futuro desempleado. Dichas demostraciones de oratoria también son lecciones de autoayuda sobre cómo renunciar a cualquier tipo de compromisos. Podríamos deducir que Ryan disfruta de su solitaria vida. Pero todo cambiará cuando entren en escena Alex, una atractiva mujer con la que iniciará una relación ajena a cualquier tipo de compromisos, y Natalie, su joven e inexperta compañera de trabajo.
Todo es impecable en Up in the Air. La realización de Jason Reitman, es elegante y no se hace notar, lo cual es digno de admiración. Si de Juno criticaba el afán que tenía Diablo Cody por demostrar lo cool que era, de Up in the Air, afortunadamente puedo decir todo lo contrario. El guión, firmado por el propio Reitman y por Sheldon Turner, es un ejemplo de madurez, sutileza e inteligencia, y consigue diálogos brillantes sin la necesidad de recurrir a cualquier tipo de artificios.
El verdadero sentido de Up in the Air es que su protagonista venda una imagen triunfadora. Y qué mejor que lo interprete Giorgio il Magnifico, probablemente el hombre más cool del Universo, ese tipo con el que las mujeres no fantaseamos para que nos lleve al altar, pero sí con el que queremos divertirnos, aunque sólo sea durante cinco minutos. George Clooney probablemente haya realizado en Up in the Air la mejor interpretación de su carrera. Lo suyo en este film es todo un ejemplo de contención y clava cada frase, cada gesto, y sobre todo, cada silencio, es aquí donde radica la grandeza de su actuación. No puede estar mejor. Está sencillamente inmenso.
Tal vez sea Anna Kendrick, descubierta por las masas en la saga cinematográfica de Crepúsculo, la gran revelación del film, y está estupenda en su papel de joven, inexperta y un tanto repelente compañera de trabajo del protagonista. Pero yo me tengo que quitar el sombrero, una vez más, ante una actriz poderosísima como es Vera Farmiga. Una intérprete que pertenece a esa estirpe de grandes actrices como pueden ser Julianne Moore o Laura Linney, que son una sabia combinación de fragilidad, clase, temperamento y sobre todo talento, siendo capaces de convertir lo difícil en fácil y de una manera asombrosa.
El trío protagonista está bien secundado por Jason Bateman. Y a las apariciones esporádicas de J.K. Simmons, Melanie Lynskey, Zach Galifianakis, Amy Morton, Sam Elliot o Danny McBride, hay que sumar la participación en este film de personas que recientemente habían perdido sus puestos de trabajo, con el film de dar mayor autenticidad a las escenas de despido. Y el objetivo se ve cumplido con creces.
También es destacable el acertado trabajo de montaje que ha realizado Dana E. Glauberman, la fotografía de Eric Steelberg y la acertada selección musical del film.
Up in the Air es un retrato sobre la soledad en la sociedad actual, en donde todo es impersonal y las relaciones afectivas siempre están en un segundo plano. También tiene ese poso de amargura de títulos recientes como Revolutionary Road, pero a diferencia de la película de Sam Mendes, Up in the Air sí que llega a invitar a la esperanza.
Up in the Air es sin duda uno de los títulos de la temporada, y con razón. Absolutamente recomendable.
