Tachadme de morboso por contarlo, pero lo primero que he visto al llegar es un hombre retorcido sobre sí mismo al final de las escaleras que llevan a prensa. De repente, un tío de urgencias me aparta de un manotazo que está a punto de tirarme, le raja el pantalón y descubre el horror: un hueso saluda entre pliegue y pliegue de carne. Queda inaugurada la 43ª edición del Festival Internacional de Cinema Fantí stic de Catalunya.
Soy Fernando Polanco, el mismo que disfrutó con vosotros de la programación del año pasado, y esto de arriba no es ningún invento para llamar la atención. Esta edición conmemora el aniversario de El Resplandor y no lo olviden, el auditorio principal del festival está en un hotel y a Ángel Sala le gustan las sorpresas…
Durante el día de hoy hemos podido ver las primeras películas pero, sobre todo, hemos experimentado emociones fuertes.
ADMIRACIÓN con la “máquina del tiempo†que entregó Greg Nicotero a Tom Savini. “Éste es el principio de una gran amistad†dijo para expresar su agradecimiento.
NOSTALGIA en los primeros homenajes a Paul Nashy, cuya presencia en los pasillos del festival se echa en falta. Siempre me quedará su imagen paseando de un lado a otro, con su gorra y su pose de simpático jubilado. Algo engañoso ya que su actividad profesional en los últimos años ha sido tan desbordante que aún durante 2011 quedan pelis suyas por estrenarse.
OPTIMISMO por la María Honorífica que regalaron merecidamente al señor Josep Maixens, padre y director de la ESCAC y antiguo profesor de dos de los directores que presentaban esta noche: Denise Castro (con el cortometraje V.I.T.R.I.O.L.) y Guillem Morales (que ha dado el pistoletazo de salida del festival con Los Ojos de Julia). Hay cantera, amigos, y talento de sobra, lo que falta es público.
SORPRESA con Los Ojos de Julia. Que, pese a algunas monstruosidades del guión, consolida a Guillem Morales como al Polanski español (llamadme exagerado, vale). A destacar una puesta en escena y un uso del espacio que aprovechan la oscuridad y la ceguera para causar el terror más básico (y más efectivo). Aún así (y con esto me gano un tiro, lo sé) me sigue gustando más El Habitante Incierto.
WTF! con Kaboom, una especie de Mentiras y Gordas con asesinos con cabezas de animales y un malo malísimo vestido de greco clásico que quiere destruir el mundo porque sí. Es un producto enfocado con descaro al público juvenil envuelto en una estética tan kitsch como amateur. Optaba al premio del público y por lo que vi nadie le dio más de un uno de puntuación.
Cierra el día El Exorcista que, debido a los retrasos (los subtítulos dieron guerra) acabó bien entrada la madrugada. Los pocos que se quedaron para disfrutar de este clásico pudieron escuchar blasfemias y vómitos en el recién estrenado 7.1 del Auditori. Una gozada.
Para mañana nos visitan Noriega, Goenaga y compañía con Agnosia, que ha levantado muchas expectativas y, por fin, Rubber, la increíble historia del neumático asesino.