Luis García Berlanga ha fallecido esta madrugada a los 89 años. El que fuese el director ácrata por excelencia, un tipo sencillo y descreido de todo que jugó siempre a reirse del mundo que le rodeaba y de los símbolos autoritarios. En su carrera ha dado cera a la iglesia (Los Jueves Milagro), alcaldes de pueblo (Bienvenido Mr. Marshall, codirigida con José Antonio Bardem, aunque no de forma oficial), las clases altas (Plácido, nominada al Oscar a la mejor peli de habla no inglesa en 1961), y hasta la propia dictadura haciendo cine dentro de ésta (El Verdugo). Con los años y la llegada de la democracia apuntaría igualmente a los políticos y la nobleza (La Escopeta Nacional, Nacional II y Patrimonio Nacional) y al costumbrismo español con una mezcla entre ironía y cierta nostalgia, todo ello mezclado con el erotismo y el fetichismo que le caracterizaban (Calabuch, París-Tombuctú) y un humor, ha veces bastante más grueso de lo normal para su época (la mítica colección de pelos del coño del Marques de Leguineche), que sólo tras el régimen pudo cultivar con libertad.
Aunque sin duda su mejor obra ha estado ligada siempre a Rafael Azcona y al cine que hizo dentro del régimen de Franco, ya que en aquel entonces, dar palos a la autoridad requería una sutileza, una ironía y una inteligencia que hoy día es muy difícil de encontrar. Después iría derivando hacia películas más corales e improvisadas donde la cámara, casi siempre lejana, trataba de contemplar el conjunto de los delirios (a veces acertados, otras veces no tanto) que se daban entre sus personajes.
Se nos va, 11 años después de su último largometraje (París-Tombuctú) y tras un deterioro progresivo y propio de su edad, uno de los grandes y el último símbolo de una generación, la de Bardem, Azcona y la suya propia, que supieron analizar la naturaleza de un país, de su gente y de sus autoridades con un ojo clínico implacable, entrañable, divertido y amargo. Quedan para el recuerdo todas sus películas y la Sala Berlanga (antiguo Cine California) en pleno centro de Madrid, inaugurada este mismo año, y en la que tienen lugar proyecciones, pases de prensa y eventos ligados de una forma u otra con el cine.
Como despedida recuperamos algunas imágenes suyas hablando de su obra: