Los chicos de Paramount nos han dado el gustazo de poder ver, tras el íºltimo trailer en 3D de Transformers: El Lado Oscuro de la Luna, 20 minutos seleccionados de una de las películas más esperadas por nosotros de cara a este verano, Super 8, de la que además os dejamos el póster japones vía First Showing.
Lo nuevo de J.J. Abrams, que recupera el regustillo del cine de aventuras ochentero para toda la familia, gira en torno a un grupo de chavalines que rueda un corto casero con una cámara de super 8mm cuando un tren del ejército descarrila tras un accidente escapándose algo que iba en el interior del mismo y que pondrá patas arriba toda la región.
LO QUE HEMOS VISTO (SPOILERS, CHICOS):
Hemos podido ver 3 escenas presentadas previamente por J.J. Abrams (en un vídeo de una conferencia previa) que ha hablado de cómo surgió el proyecto a partir de dos ideas inconexas, una sobre unos críos que graban una película a finales de los 70, y otra sobre el traslado de una criatura del Área 51 a otra base en Ohio. También ha hablado del casting de los chavales, hecho con mucho mimo, en el que descartaron de forma automática cualquier crío con afán por convertirse en Ano Montano.
A partir de ahí hemos podido ver una secuencia íntima entre el chaval protagonista y su padre, que tras haber quedado huérfano de madre y viudo respectivamente, el segundo le propone a su hijo ir a un campamento de verano de 6 semanas para cambiar de aires. El chaval dice que tiene que ayudar a su amigo a hacer su película.
La siguiente secuencia consiste en una escapada nocturna del protagonista y sus amigos para grabar una secuencia en una estación de tren. La secuencia muestra un mimo tremendo por los personajes, cuya química es espectacular, y que como comentaba el amiguete Emilio de Aullidos, recuerda mucho al rollo que había entre los Goonies. La escena, que sirve para sembrar el feeling entre el protagonista, un estupendo Joel Courtney, y Elle Fanning, pronto cambiade tono cuando, tras empezar a filmar corriendo aprovechando el paso de un tren, éste descarrila en una escena donde hay más carambolas entre los vagones que entre las bolas de un billar. Los vagones saltan por los aires, estallan y caen a plomo mientras los chavales tratan de esquivar semejante oda a la destrucción. El prota ve al final que uno de los vagones se mueve sospechosamente saltando la puerta del mismo por los aires, en ese momento se une al resto de compañeros y descubren que el accidente ha sido provocado por el profesor de biología del colegio, que les dice que huyan antes de que los militares que vienen de camino se los carguen. CHAN CHAN… Los chicos regresan a casa acojonados y con el director preocupado por el triste estado de su cámara.
La tercera escena tiene lugar en una gasolinera cercana, donde el sheriff reposta y, tras hacer un comentario sobre el nuevo walkman del dependiente, se sorprende al ver a un grupo de perros huyendo de algo. Unos ruidos extraños se escuchan entre los árboles, luego el silencio… Dentro de la tienda de la gasolinera el dependiente se espabila al titilar las luces y descubre el coche del sheriff destrozado, sale a ver qué ha pasado y recoge la manguera de la gasolina del suelo (momento en el que se refleja levemente el bicho/marciano) y al instante lo ve, se refugia corriendo en la tienda pero el bicho, siempre estratégicamente oculto por el moviliario del lugar, entra y se lo carga (o eso parece).
FIN DE LOS SPOILERS.
En definitiva, Abrams demuestra un mimo especial por sus personajes y a la vez un manejo del suspense excelente, dos ingredientes que junto a la puesta en escena recuerdan mucho a las primeras pelis de Spielberg. Es como ver una mezcla entre E.T. y Tiburón, y sinceramente, promete mucho. Tenemos peli referencia para este verano.