Sitges siempre sorprende, y si no mirad el tipo de zombis que podemos encontrarnos por la calle.
¿Acojonante? Pues ahora algo ESPELUZNANTE. Las crepusculocas han vuelto a invadir Sitges para visionar el tráiler de la primera parte de Amanecer, esa saga de vampiros que tanto os gusta. En esta edición nos ha visitado Bubu, un tipo simpático que, como veréis a continuación, demostró sus dotes marciales.
Ay, ay, ay… pasemos a la crónica. El tercer día arrancó con Mientras Duermes. Que la proyección fuera a las ocho y media de la mañana da pie a muchos chistes malos, todos omitibles por supuesto. Podría empezar a hablar de la última película de Jaume Balagueró de mil maneras, pero voy a ser rotundo: es la mejor que ha firmado hasta la fecha. Balagueró ha demostrado llegar a una madurez de puesta en escena y de tratamiento del espacio digna del mismísimo Polanski. El de Lleida sabe lo que es dosificar la tensión y ha conseguido que empaticemos con un verdadero hijo de puta, posiblemente uno de los mejores protagonistas que se paseen por esta edición del festival. Mención aparte, mención especialísima, para Alberto Marini y para su guión, tan malsano como perturbador. Enhorabuena a Filmax y que no se acabe nunca esta etapa tan renovadora que están teniendo.
Poco después vino Jane Eyre, la adaptación de un clásico de clásicos (según el programa del festival…) que dispone de una gran realización, una fotografía a lo Jane Austen y pequeños tintes de fantástico. Un título preciosista que llevó a las colas 3 km. de mujeres.
La tarde nos trajo Hell, un thriller alemán apadrinado por el pesimista Roland Emerich (deberían investigar qué le pasó a este hombre en la infancia). La película anuncia la barbarie de una sociedad que sólo cree en la supervivencia y los comentarios que circulan son más bien tibios.
Luego llegó al Auditori Saint, una peli de terror juvenil que sigue la estela de la cinta ganadora de la edición pasada (Rare Exports: A Christmas Tale). Su protagonista es San Nicolás, y me escuece habérmela perdido.
Pero sin duda la sorpresa de la jornada vino con Attack the Block, o, como la definió su director “Super 8 Millas”. Una historia clásica de monstruos tipo critters pero con unos adolescentes salidos de las “3000 viviendas” de Londres. Y es que parece que los ingleses le han pillado el truquillo a esto de las comedias fantásticas. Con un elenco de pubertos en estado de gracia y un cameo del coleguilla Nick Frost, el director consigue arrancarnos carcajadas a costa de una violencia bestial y de un guión con moralina final. Si no se lleva el premio del público tendré que invitar a birras a un montón de gente…
Y, para cerrar la noche, unos salieron de fiesta y otros… otros… bueno, otros se fueron a ver 3D Sex and Zen: Extreme Ecstasy, ni más ni menos que pornografía 3D. Ya pueden ir tomando nota los del plus para las nuevas generaciones de adolescentes. Digo yo que las gafas 3D mejor que lleven limpiaparabrisas, por temas de presión y tal…
¡Ah! Que no me olvide… Hoy también ha habido una especie de miniconcurso de cortometrajes “noves visions”. Yo no he estado eh, pero dicen que ha sido un escándalo el veredicto del jurado. Concretamente, uno de los cortos que se proyectó (Flejos y Reflejos de Robert López) se fue de vacío y era, sin duda, de lo mejorcito que pasó por allí. Una pena los favoritismos que se dan en este tipo de eventos.
Y para acabar os recuerdo que podéis seguir el festival minuto a minuto a través de mi twitter.
Fernando Polanco. Vídeos de Isbac Caralt y Jordi Ramoneda.