He tardado un tiempo en aceptarlo, pero a día de hoy resulta más inequívoco que “James Cameron el cineasta” ha dejado de existir, y de sus restos ha emergido “James Cameron, el amante de las flores que te vende televisores en el Mediamarkt”.
Tras ganar casi 3000 millones con el estreno de Avatar, Cameron se ha replanteado toda su línea de producción y de ahora en adelante se dedicará solo a las aventuras de los Na’Vi, tal y como cuenta al diario New York Times. “El año pasado desmantelé completamente la rama de desarrollo de mi productora; así que no estoy interesado en desarrollar nada. Estoy metido en el tema de Avatar. Punto. Voy a hacer Avatar 2, Avatar 3 y puede que Avatar 4 y no voy a producir películas para otros y tampoco estoy interesado en coger ningún guión. Supongo que todo estoy suena un poco restrictivo, pero la idea es que con el mundo de Avatar puedo contar todo lo que necesito contar de lo que creo que vale la pena contarse, en relación a cómo se encuentra el mundo y lo que debemos hacer con él; y puedo hacerlo de una manera entretenida”.
Con estas palabras, Cameron parece dar carpetazo a cualquier otro proyecto que pudiera haber desarrollado durante estos últimos años, como la esperada versión en imagen real de Alita: Ángel de combate. El director habló hace unas semanas para MTV y dijo que aún tiene los derechos y que no piensa cedérselos a nadie; así que ante las perspectivas de un Avatar 4, no veríamos la adaptación del manga de Yukito Kishiro hasta 2020, por lo menos.
Lo que sí veremos a mayores por parte de Cameron son más documentales que exploren las maravillas de nuestro planeta, como el de su expedición hasta el fondo del océano a bordo del Deepsea Challenger. La fecha de estreno prevista de este relato es principios del año que viene.
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En el resto de la entrevista recogida por el NYT durante el Festival Internacional de Cine de Pekín, Cameron habla sobre el estado actual de la industria en China, la cual ha ganado especial importancia en los últimos meses en su relación con Hollywood tras el acuerdo firmado en febrero para aumentar la exportación de películas al gigante asiático (caso relacionado: el anuncio de esta mañana de que el gobierno chino ha permitido el estreno de Los juegos del hambre). La unión de ambos mercados no solo afectará a cómo verán los chinos las películas occidentales, sino que será una fusión de ambas culturas que nosotros también podemos apreciar en Los mercenarios 2, Iron Man 3 o The Great Wall, cintas que estarán producidas y rodadas en parte en localizaciones de China.