Taquilla americana

Tras los flojos estrenos de la semana pasada era fácil que este fin de semana hubiera relevos pese a que ninguno de los títulos aspiraba a ser un taquillazo. El primero que encontramos es Memorias de un Zombie Adolescente, que entra en el nº1 y que, aprovechando el tirón que sigue teniendo la temática sobre zombies, da una vuelta al género para contar una comedia romántica con algunos toques de terror. En la película un zombie jovenzuelo comienza a ver cómo recupera su humanidad al enamorarse de una chica, comenzando así una relación más inusual que de costumbre y dando esperanza al resto de muertos vivientes. Las críticas no es que hayan sido especialmente entusiastas (59/100 en Metacritic), pero al menos dan el aprobado a la película que supera ampliamente la media de los estrenos de la última semana. El público está contento con la propuesta (7,2 en IMDb). Como curiosidad, ahí tenemos al chaval protagonista de Un Niño Grande protagonizando de nuevo un largo tras pasar una buena temporada haciendo personajes secundarios e involucrado de forma más importante en series como Skins.

La otra novedad del Top 10 es la tristísima entrada de Una Bala en la Cabeza en sexto lugar. Triste porque parece que los viejos héroes del cine de acción, fuera de sus sagas legendarias o de divertidas reuniones de exaltación de gónadas masculinas, tienen muy poquito que hacer en la taquilla. Igual que le pasó a Schwarzenegger hace unas semanas con El Último Desafío, Stallone se ha pegado una toña considerable. Y eso que en ambos casos había un director más que interesante detrás, en este caso el mítico Walter Hill que hacía 10 años que no dirigía un largo y que, visto lo visto, lo va a tener jodido para seguir a flote en Hollywood. Cierto que las críticas no han acompañado en exceso (47/100 en Metacritic) y que ese público más o menos agradecido  (6,9 en IMDb) seguramente sean fans de toda la vida.

¿Está el cine de acción de toda la vida muerto y enterrado? ¿Ya no mola ver a estos actores, ya hechos unos jubiletas, curtiendo lomos? ¿O es que quizás, igual que en los 80 y 90, gente como Stallone o Schwarzenegger se cascan una buena peli por cada dos o tres mediocridades y éstas ya no cuelan?