Taquilla americana

Este fin de semana la cabeza del Top 10 ha estado muy disputada. Por un lado el nuevo título de David Fincher, Gone Girl, que llega al calor de un best seller de bastante éxito y tocando un tema tan actual como la gestión de la imagen pública y los juicios paralelos que se crean cuando un supuesto crimen tiene una gran repercusión mediática. Por otro lado, Annabelle, precuela de Expediente Warren, en la que el director de fotografía de la película de James Wan toma las riendas como director para hablar de la siniestra muñeca que da nombre a la película. Finalmente ha sido Fincher quien, por menos de un millón de dólares, se ha llevado la medalla de oro.

Perdida, como se titula en España, tiene a su favor la baza de tener un director de sobrado prestigio tras la cámara, lo que es casi una garantía total y que hace que crítica y público estén predispuestos a gozar de una delicatessen. Yo he podido verla ya (habrá crítica en breve) y, aunque sigue habiendo toques de genio del director, no me he llevado el buen sabor de boca que sí parece haberle quedado al grueso de la crítica (79/100 en Metacritic) y público (8,7 en IMDb).

Lo de Annabelle, sin embargo, es el típico patinazo que se veía venir. Una precuela precipitada, cocida a toda prisa al calor del éxito de la película original y en manos de un director de foto, John R. Leonetti, que cada vez que se ha puesto en la silla del director se ha marcado mojones épicos como Mortal Kombat: Annihilation o El Efecto Mariposa 2. Es alguien ya habituado a dirigir saldos de presumibles sagas en las que no confían ni sus productores. Al menos con Annabelle la jugada ha salido bien en lo que a taquilla se refiere, porque la crítica ha sido clara (38/100 en Metacritic) y los espectadores han salido con esa sensación de “pues vale” (6,2 en IMDb) que tanto abunda a veces.

Por último tenemos la entrada de Left Behind en sexto lugar. Estamos ante el que es, casi con total seguridad, el mayor zurullo de la carrera de Nicolas Cage vistas las críticas. Un telefilme sobrenatural que llega a las salas porque sale él de prota y por estar basado en un best seller de saldo, pero que ha sido destrozado por crítica (13/100 en Metacritic) y público (4,0 en IMDb). Es una pena porque, más allá del cachondeo habitual sobre la su famosa sobreactuación, Cage es un actor muy decente y es por esta clase de churros por los los que se está convirtiendo en una parodia de sí mismo. En su momento, esta actividad compulsiva de rodar casi cualquier propuesta vino de tener que saldar cuentas con el fisco, pero la falta casi total de criterio a la hora de involucrarse en según que proyectos está jorobando su carrera a pasos agigantados. Aún nos da alguna oportunidad de recordarle como el buen actor que es en títulos como Joe o El Señor de la Guerra, pero cada vez escasean más.