En los últimos años se ha empezado a hablar del cine a 48 fotogramas por segundo (fps), una cantidad de imágenes que duplica la tasa habitual que tradicionalmente se ha manejado en la industria, los famosos 24fps. Peter Jackson ha rodado su trilogía de El Hobbit de esta manera, lo que aporta al movimiento de la imagen una fluidez casi perfecta al reducir el leve efecto estroboscópico que ha caracterizado al cine toda la vida. Un efecto que, sin embargo, tenemos tan asimilado como parte de la estética cinematográfica que el nuevo estándar no le cuaja a todo el mundo. Nos remite a otro tipo de imagen, la televisiva, que al emitir cada imagen en dos campos entrelazados alternos, da una sensación muy similar en lo que a movimiento se refiere. Es algo cultural, y quizás haga falta un importante salto generacional para que el nuevo sistema se asuma como normal para una película.
Por si queréis ver la diferencia, os dejo este test hecho por el director de foto Pol Turrens, grabado originalmente a 48fps y en resolución 4K. Primero tenéis la versión a 48fps y luego a 24fps para comparar (Youtube ya permite vídeos a 48fps, debéis elegirlo una vez deis a play en el icono de ajustes de la ventana de reproducción).
Sin embargo también desde hace algo más de un lustro muchas televisiones, en su intento de ofrecer cada vez más extras que atraigan al consumidor y mantener su mercado e índices de ventas en buena forma, han incorporado un sistema que, bajo distintos nombres (cada marca lo llama de una manera), simula el doble de fotogramas por segundo al reporducir series y películas. ¿Cómo lo hace? Mediante una alta frecuencia de muestreo (los famosos hertzios) y algoritmos que permiten “crear” fotogramas intermedios calculando la probable imagen que habría entre dos fotogramas reales. A muchos consumidores eso les ha parecido la repanocha, un movimiento totalmente fluido al ver sus pelis favoritas, como si fuesen más reales y menos “cine”, algo parecido a tener 48fps, pero INVENTADOS, como explica este vídeo de Sony sobre su sistema:
Y es aquí donde se plantean dos problemas que a mí me parecen fundamentales. El primero es que el sistema no es perfecto. Al simular fotogramas intermedios que la tele se inventa, se producen errores, y no es extraño observar drops y aberraciones varias en los bordes de elementos que se mueven rápidamente en la imagen, con la consiguiente pérdida de calidad y nitidez. El segundo problema es meramente ético: ¿quién da autorización a una marca de televisores para alterar la película tal y como ha sido concebida originalmente?
No es la primera vez que esta cuestión ética sale a la palestra, ya que desde hace décadas ha sido habitual ver alteraciones de las películas para adaptarlas a los televisores. Con la aparición de las televisiones en color muchas películas en blanco y negro eran coloreadas a mano, de forma artesanal, para simular una suerte de imagen a color, que hoy día vemos con cierto encanto, pero que no deja de ser una alteración de un original concebido sin color alguno.

Fotogramas de ‘Qué Bello Es Vivir’ en el B/N original y coloreado.
Con los ya casi extintos televisores de 4:3, era habitual recortar la imagen panorámica para encajarla en el formato casi cuadrado de la tele sin dejar bandas negras arriba y abajo. Así, cierto es, se aprovechaba toda la pantalla de la tele, pero a costa de recortar los laterales del fotograma original, es decir, alterando drásticamente la imagen de la película, la composición del plano y, en los casos más chapuceros, llegando a tener en plano sólo las narices de dos personajes en una conversación porque las cabezas quedaban en la zona suprimida de la imagen. Esto, aunque sea más sutil, se sigue repitiendo muchas veces pero recortando a 16:9. Lo correcto, por tanto, sería hacer una adaptación letterbox y no una pan&scan. La diferencia podéis verla en la imagen.




© Philips
Recientemente, con la aparición del Blu Ray y la alta definición muchas de las primeras ediciones en este formato se “pulían” mediante el famoso filtro DNR (Digital Noise Reduction), un sistema que limpiaba la imagen de antiguos másters eliminando impurezas, pero también de matices, rasgos y textura del fotograma original. El Ecce Homo de Borja en tu reporductor HD.




¡Mu bonico!
En definitiva, la industria tecnológica viene alterando tradicionalmente obras cinematográficas para adaptarlas a sus sistemas de reproducción y vendiendo como óptimo lo que es una versión no autorizada por sus creadores de cómo ha de verse una película.
En este contexto los profesionales de la industria se han quejado muchas veces y ahora, con la mencionada interpolación de movimiento de las televisiones, surge un nuevo motivo de queja que ha hecho patente la directora de fotografía Reed Morano mediante una petición online. En ella solicita a los fabricantes de televisores que dejen de poner este sistema de visionado como el que la tele tiene activado por defecto. Y es que las teles, no sólo incluyen esta característica, sino que viene preseleccionada de fábrica, lo que supone que si no tocamos la configuración de nuestra tele, ésta mostrará las películas alteradas por sistema.
Morano afirma que “es estupendo tener el ‘smooth motion’ como una de las opciones de configuración de televisiones HD, porque es una forma estupenda de ver los deportes. Pero para literalmente todo lo demás, degrada el look y hace que todo se vea como un culebrón“. Y añade, dirigiéndose a los posibles firmantes, que “si realmente os preocupa la integridad artística de los audiovisuales que veis, y apreciáis la fotografía y la experiencia cinematográfica, entonces deberíais firmar esta petición. Y si no os preocupa lo visual y sólo lo hace la historia, deberíais firmar esta petición porque lo visual está ahí para establecer el tono que os permite introduciros en esa historia“.
El director de cine Rian Johnson (responsable de Brick, Looper y el próximo Episodio VIII de Star Wars), también se ha manifestado sobre el tema declarando a la web Popular Mechanichs que se considera un “ninja de la tele” en Twitter tratando de concienciar a la gente sobre los problemas del smooth motion: “el suavizado de movimiento altera y arruina la imagen de la película igual que el coloreado de imagen en blanco y negro o el paneo y reescalado de la imagen panorámica. El hecho de que sea la configuración por defecto en la mayoría de marcas, muchas veces enterrada bajo capas de menús inescrutables, es insidioso. Si los fabricantes de televisores no odian las películas, deben ajustarse al criterio de la petición de Reed Morano y comenzar a distribuir sus televisores con esta configuración desactivada“.
Consciente de la dificultad de convencer plenamente a los fabricantes Morano apunta a una solución sencilla, que los mandos de las teles incluyan un botón para alternar entre “modo deporte” y “modo cine”.
“Sé que el cine y la televisión son un negocio, pero yo lo considero un arte, y nadie haría eso a una pintura. ¿Cuál es el sentido de gastar todo ese dinero en cámaras y lentes estupendas para acabar convirtiéndolo en basura cuando la gente lo ve? Poco a poco estamos erradicando la expectación de la audiencia de cómo debería verse una película” concluye Morano.
Por si queréis saber cómo desactivar esta opción en vuestra tele, aquí os enseñan a hacerlo.
Vía Popular Mechanics, How to Geek, Life Hacker, canales de YouTube de Pol Turrens y Sony Australia, y web oficial de Philips
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