La fase tres del universo Vengadores, que ha ido desarrollando poco a poco toda la trama del guantelete del infinito, culminará como sabéis con las dos entregas de Vengadores: La Guerra del Infinito, anunciadas para 2018 y 2019 respectivamente. Esas dos entregas aspiran a ser las más espectaculares y épicas de la saga, con el enfrentamiento directo contra Thanos. Lo que no sabíamos hasta ahora es el presupuesto estimado para las dos entregas.
Hasta ahora las películas individuales de los héroes de Vengadores han venido costando entre 140 y 200 millones de dólares, las pelis grupales han subido a 225 millones (Los Vengadores) y 250 millones (Vengadores: La era de Ultrón), pero La Guerra del Infinito se prevé que alcance, en conjunto, la friolera de 1.000 millones de dólares. De los cuales, cerca del 40% irán destinados al equipo técnico y artístico (con Robert Downey Jr. llevándose casi la mitad del salario del reparto). Al menos así parecen haberlo afirmado algunos expertos durante la Comic Con de Nueva York, según Cinemablend.
Para que os hagáis una idea, la película más cara hasta la fecha es Avatar, con un presupuesto de 425 millones de dólares si en dicho coste se implementan todos los desarrollos tecnológicos que James Cameron introdujo en la industria. Desarrollos que valdrán para las próximas entregas y que ya se habrán ido amortizando para otros títulos de Hollywood. Si descontamos ese “presupuesto de investigación” la película rondaría los 261 millones con la inflación ya ajustada y la reina sería Piratas del Caribe: En Mareas Misteriosas, con un presupuesto (ajustando la inflación) de 397 millones de dólares. Todas estas cifras según The Numbers y Wikipedia. Otras fuentes ajustan la inflación a la baja.
Por tanto, si la previsión se cumple, lo de Vengadores será un hito considerable a nivel de gasto de un estudio. Posiblemente también a nivel visual, rodándose las dos entregas íntegramente con cámaras IMAX. Marvel se convierte con este proyecto en el “Matías el humilde” de Hollywood.