Tras muchos intentos y pasos en falso, Hollywood está preparado para cambiar el paradigma de las adaptaciones de videojuego el año que viene con Assassin’s Creed y Warcraft: El origen, dos grandes producciones basadas en dos populares juegos en las que sus respectivos estudios han estado más involucrados que de costumbre. Tras la presentación del tráiler de Warcraft se ha dado a conocer que su compañía desarrolladora ha formado su propio estudio, Activision Blizzard Studios, para sacar adelante toda una línea de adaptaciones de su catálogo.
Junto a las aventuras de La Alianza y La Horda, Activision preparará en los próximos años, tanto para cine como televisión, adaptaciones de Skylanders, Diablo, Hearthstone, StarCraft y Call of Duty. “No nos dedicamos al negocio del cine y la televisión, nos dedicamos al negocio de las franquicias y propiedades intelectuales”, ha declarado a sus accionistas Nick van Dyk, co-presidente de Activision y antiguo ejecutivo de Disney, despejando dudas y dejando claro que van a apostar por la calidad ante todo. El CEO Bobby Kotick asegura que van a tratar sus películas y series con “el mismo compromiso de cara a la excelencia por el que somos conocidos en el desarrollo de juegos”. En los próximos días se anunciará el fichaje de otro ejecutivo de renombre que les ayude en la planificación creativa de sus producciones.
Para Activision la principal prioridad ahora mismo es una serie de dibujos basada en Skylanders (unos bichos como los Pokémon pero del mundo del dragón Spyro) con Eric Rogers (Futurama) como showrunner; ya tienen elenco de voces para sus personajes, con los actores Justin Long (Alvin y las ardillas), Ashley Tisdale (Phineas y Ferb), Jonathan Banks (Better Call Saul) y Norm Macdonald (Saturday Night Live). Su segundo gran proyecto tendrá la forma de otro de los cada vez más frecuentes Universos Cinematográficos dedicado al shooter Call of Duty, una franquicia que ha tenido entregas históricas ambientadas tanto en la Segunda Guerra Mundial como conflictos bélicos del presente y otros en un futuro cercano; con esta saga podrían sacar toda una línea de películas de acción bajo la marca CoD, aunque está por ver hasta qué punto tendrán unas señas de identidad reconocibles o si simplemente serán cintas de tiros con militares como las que podría hacer cualquier otro estudio –la nueva película de Michael Bay, mismamente, podría colar como Call of Duty: Benghazi. La primera entrega de este nuevo universo podría llegar en 2018 o 2019, como pronto.
La compañía de videojuegos no ha concretado con qué estudios planea asociarse para la distribución de estas películas y series pero, con las ingentes cantidades de ingresos anuales que manejan vendiendo productos digitales –este año van a facturar 4700 millones, y el valor total de su división equivale a 26000 millones–, tienen sobre la mesa la posibilidad de encargarse de manera independiente de su propia distribución, sin necesidad de la ayuda de terceros. Activision tiene en su poder ahora mismo la franquicia de videojuegos de consolas de mayor éxito en todo el mundo (Call of Duty), el juego para ordenadores de mayor éxito (Warcraft) y esta misma semana pagó la obscena cantidad de 5900 millones de dólares para la compra de King, la empresa responsable de los videojuegos de móviles de mayor éxito (Candy Crush y derivados). Tienen todo el entretenimiento digital en sus manos, y ahora van a por el cine.