En el momento en el que el digital se ha convertido en el estándar indiscutible para el cine, 16 años después de la primera película rodada íntegramente en formato de cine digital (La amenaza fantasma), una aldea de irreductibles galos lucha por la pervivencia del celuloide. Cineastas como Christopher Nolan, Quentin Tarantino o J.J. Abrams llevan tiempo inmersos en una campaña que permita la continuidad de la película tradicional y para ello fueron capaces de revivir una compañía como Kodak involucrando a los grandes estudios en su supervivencia.
Ahora Kodak devuelve el favor tomando la iniciativa en la recuperación de un formato que era en el que se iniciaban muchos cineastas y que incluso, por un tiempo, fue la forma en que se rodaban las vacaciones familiares, el Super 8. La compañía acaba de anunciar en el CES de Las Vegas su nueva cámara de Super 8, tan simple y sencilla como las de antaño, pero con un visor digital, batería integrada que carga por USB y ranuras para tarjetas SD.
El problema del Super 8 fue siempre el revelado y la edición, el montaje en sentido tradicional. Para ello la compañía se las ha ingeniado bien ya que con la compra de cada cartucho de película el usuario no sólo estará pagando sus 15 metros de película Super 8, sino su revelado y digitalización, almacenándose ésta en la nube para la posterior descarga por parte del usuario.
Los cineastas que en su momento estuvieron involucrados en el rescate del celuloide no han tardado en celebrar este lanzamiento. Spielberg, por ejemplo, afirma que para él “el 8mm fue el comienzo de todo“, mientras que Steve McQueen recuerda que la forma de trabajar en celuloide iba muy relacionada al gasto que suponía la película, por lo que era una forma genial de pensar realmente bien qué rodar y cómo editarlo, tener las ideas claras y valorar el peso de una buena imagen.
La cámara saldrá a la venta, previsiblemente, en otoño con un precio estimado entre los 400$ y los 750$ y cartuchos de película que estarán en torno a los 50-75$ (caro, pero recordemos que incluye el revelado y digitalización).