Han tenido que pasar 30 años de Nueve semanas y media para que Kim Basinger vuelva a convertirse en icono erótico. Según The Wrap, la actriz dará vida a la mentora de Christian Grey en las secuelas de Cincuenta sombras de Grey que llegarán en 2017 y 2018.
Basinger llega a la franquicia después de que ésta haya sufrido no pocas convulsiones. Como pasara con otras sagas literarias de chichinabo convertidas en superéxitos mojabraguer, caso de Crepúsculo, las secuelas de la película que abrió la veda cambian al personal tras las cámaras. En este caso Sam Taylor-Johnson será reemplazada por James Foley, director que se ha venido reivindicando en House of Cards pero que sabe lo que es dirigir películas con tensión sexual de baratillo que se codean con el thriller psicológico (Pasión obsesiva y Seduciendo a un extraño). También ha quedado fuera la guionista de la primera entrega, Kelly Marcel, siendo relevada por Niall Leonard, marido de la escritora de la saga, E.L. James. Si esto fuera un ayuntamiento estarían todos imputados por nepotismo y tráfico de influencias… pero es Hollywood, amigos.
En cualquier caso, lo interesante (léase “morboso”) de la llegada de Basinger es que su papel no sólo es el de la mujer que inició al este icono erótico en el BDSM, sino el detonante de los celos desatados de una protagonista tan ofendida por las tendencias de maltratador psicológico de Grey como fascinada por las mismas.
Pese a las críticas de asociaciones feministas y asociaciones de practicantes de BDSM por la retorcida imagen que dan del amor romántico y los juegos eróticos respectivamente, el gran reto de la saga, que no deja de ser una obra de ficción, es superar la sensación de estafa de una primera entrega, que prometía morbo y parecía un thriller sobre el acoso de una gran empresa a una PYME (la dichosa firma del contrato que abarca media película). Si Basinger es la solución a ese problema, bienvenida sea. Con todo lo que aquí esperamos con más ganas es su colaboración con Shane Black en The Nice Guys, donde repite junto a Russell Crowe casi 20 años después de L.A. Confidential.
Vía The Wrap