Christian Bale es Dick Cheney. Sam Rockwell es George W. Bush. Steve Carell es Donald Rumsfeld. Amy Adams es Lynne Cheney. Y esto es una mirada a la administración Bush de la mano de Adam McKay, el responsable de La Gran Apuesta.
25 de diciembre de este año, directa a la carrera por los Oscar, enarbolando por encima de todo la nueva transformación física de Christian Bale, quien engordó 30 kilos, exigió usar los gayumbos del representado y dio orden de bombardear un país extranjero para meterse en el papel. Es posible. QUIZÁS.
La idea central de la película: representar la Vicepresidencia de Estados Unidos como la culminación profesional de un hombre que fue jefe de gabinete con Gerald Ford, secretario de Defensa con el padre de Bush, George H.W., y que concibió el cargo que le fue ofrecido como un puesto mucho más activo de lo que originalmente se entendió para la figura del vicepresidente, hasta convertirle en el verdadero hombre en punta de ‘Dubya’ y las políticas de su administración (dirigidas en muy buena parte por Karl Rove, de quien también tengo ganas de ver alguna película, algún día)
Completan el reparto Jesse Plemons, Allison Pill, Tyler Perry (éste como Colin Powell), Lily Rabe, Eddie Marsan (Paul Wolfovitz), Justin Kirk (Scooter Libby), LisaGay Hamilton (Condoleeza Rice) y Shea Whigham.